Por estos días se cumple un año de la asunción de Amado Boudou como Ministro de Economía. Si se ensaya un balance de su gestión, es posible marcar hechos positivos pero, en general, lo que predominan son los grises. El punto más débil es que el Ministerio no cumple acabadamente con su tarea básica: brindar pautas de corto y largo plazo para coordinar las decisiones del sector público y el privado de forma tal de asegurar la estabilidad macroeconómica y el crecimiento. Los instrumentos básicos de coordinación son las políticas y las instituciones (reglas de juego). En ausencia de un programa que presente políticas públicas consistentes y con cambios de reglas de juego frecuentes, es difícil para cualquier agente que deba tomar decisiones contestar una pregunta básica: ¿y ahora qué?
La evolución reciente de los indicadores del Tipo de Cambio Real (TCR) ha sido uno de los principales motivos de preocupación que han ocupado la agenda de discusión relacionada a los equilibrios macroeconómicos.
Diversos indicadores adelantados de la evolución de la actividad económica sugieren que se habría registrado un significativo crecimiento de la actividad en el comienzo del año. En lo que sigue se repasan algunos de estos indicadores.
El modelo económico del Paraguay se sustenta en las exportaciones de commodities agrícolas y en el comercio de reexportación. Este último, durante la década de los 90 y hasta el año 2000, ha tenido un peso importante, debido a que sus valores superaban ampliamente a los valores de las exportaciones genuinamente nacionales. Es recién a partir del año 2001, cuando las exportaciones de productos nacionales adquieren un comportamiento dinámico ascendente. De todas maneras, el comercio de reexportación sigue constituyendo una de las actividades más importantes de la economía nacional hasta el presente.
El rasgo que define a la coyuntura es la ambigüedad. Tanto en el plano nacional como en el internacional se observan señales que son en gran medida contradictorias. En el plano internacional existe un contraste marcado entre las economías emergentes y las desarrolladas. Varios países importantes del mundo emergente están creciendo a buen ritmo y, de hecho, algunos enfrentan el peligro de un recalentamiento, como en el caso de Brasil o la India y, también, de la Argentina. En cambio, en el mundo desarrollado en general y la zona del euro en particular, se observa un cuadro poco alentador, con ajustes fiscales de magnitud, restricción de crédito y movimientos en las paridades cambiarias.
Argentina esta cambiando. La nueva actitud del gobierno frente a los holdouts es prueba fehaciente de ello. Antes que nada, se debe mejorar la reputación ante los mercados, para así atraer a los inversores extranjeros. Curiosamente, la receta suena bastante parecida a la escuchada hace algunos años. Si hubiera mediado un cambio de gobierno, esto no daría lugar al asombro. Sin embargo, lo anterior se origina en una coalición de gobierno que juramento no reabrir el canje. Pero, nobleza obliga, el mundo también cambio. Por empezar, la bondad de las instituciones financieras internacionales (IFIs) ha sido puesta en duda, y los banqueros no encuentran tranquilidad mismo en Wall Street, Manhattan - NY. El cuestionamiento también alcanzó al esquema de protección de la inversión extranjera, cuya arquitectura se montó alrededor de los tratados bilaterales de inversión (TBIs) y el sistema de resolución de disputas entre inversores y estados soberanos, en particular al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI / ICSID). El epicentro de las críticas también se observa en territorio estadounidense, aunque en este caso las mismas tienen lugar en Washington, DC. Así, han comenzado a surgir una serie de propuestas para modificar dicho esquema [de tratamiento a la inversión], lo que estaría evidenciando la presencia de algunos espacios por donde poder avanzar. En que medida los aprovecho Argentina es lo que viene a contar los párrafos que siguen.
1.Crecimiento 2010-2015: alegría para unos pocos
La economía mundial sigue mostrando evidencia sobre la recuperación del nivel de actividad. La nueva dinámica de crecimiento global que se avecina tiene puntos de contacto con la vivida antes de la crisis de 2008, con los emergentes creciendo por encima de los avanzados (6,4% y 2,3% promedio anual para 2010-2011, respectivamente de acuerdo a las estimaciones del último World Economic Outlook). A la vez, dentro del primer grupo, China e India se destacan (con pronósticos de expansión de 10% y 8% en los próximos dos años, respectivamente), aunque también lo hace África (5%) y América Latina (4,5%). La divergencia entre los desarrollados y los emergentes se extenderá más allá de la recuperación, en tanto se espera que continúe al menos por los próximos 6 años.
Luego del significativo ajuste que registraron los precios en el mercado inmobiliario como consecuencia de la crisis de 2002 y 2003, en los últimos años, la recuperación económica y el proceso de convergencia del tipo de cambio real a su nivel de equilibrio han determinado una fuerte recuperación tanto en los precios de compraventa como en los alquileres. Entre enero de 2005 y febrero de 2010 (último dato publicado por el Instituto Nacional de Estadística) los precios de los nuevos contratos de alquiler de propiedades horizontales crecieron 50% y 165% medidos en pesos contantes y en dólares, respectivamente. Por su parte, en ese período, los precios promedio de compraventa de inmuebles en propiedad horizontal han crecido 73% medidos en dólares.
La innovación ocurre fundamentalmente dentro de las empresas. Sin embargo, es un hecho establecido que las empresas no innovan aisladas sino que dependen fuertemente de su entorno: el aprendizaje y la innovación son procesos interactivos que requieren de una intensa comunicación entre diferentes actores. El enfoque de sistemas nacionales de innovación (SNI) (Lundvall, 1992, Nelson, 1993) sostiene que las posibilidades de innovación en una economía no dependen sólo del desempeño de organizaciones específicas como empresas u organismos públicos de investigación (OPI) sino que resulta igualmente importante el grado y tipo de relaciones que existan entre ellas para el intercambio de conocimiento. Por lo tanto, las vinculaciones entre OPI y empresas han recibido un interés creciente, tanto en la literatura como en las políticas públicas.
El pronóstico de actividad para el presente año en Uruguay es auspicioso. En efecto, se espera que luego de la desaceleración de 2009, a raíz de la crisis internacional, la economía vuelva a mostrar un elevado crecimiento, que de acuerdo a nuestras proyecciones se situará en torno a 5%. La recuperación de la economía internacional y especialmente de la región, es uno de los elementos fundamentales que explican la aceleración económica en 2010.