Mercado de trabajo en Uruguay: ¿Restricción de oferta al crecimiento económico?

2011

El elevado nivel de empleo y reducido desempleo existente en la actualidad en el país, ha generado un debate respecto a la posibilidad de que el mercado laboral pueda constituirse en una restricción al crecimiento durante los próximos años. ¿Tiene sentido esta hipótesis? en lo que tratamos de contestar esta pregunta.

En efecto, como se observa en el gráfico 1, el fuerte proceso de crecimiento económico que se registró en el Uruguay desde 2003 requirió de una fuerte expansión de los niveles de ocupación del país. En dicho período, la tasa de empleo pasó de  48,3% promedio en 2003 a un 59% en 2010, en tanto la tasa de desempleo se redujo en casi 10 puntos porcentuales pasando de un 16,9% a un 7%.  

La significativa ampliación de la utilización del factor productivo trabajo fue en parte posible por el elevado desempleo existente al comienzo del período. Esto es, fue posible gracias a la numerosa oferta laboral disponible y en parte a la importante expansión que registro la oferta laboral en esos años.  

 

Gráfico 1 – Tasa de empleo y desempleo (localidades de 5000 o más habitantes) 

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Las cifras actuales del mercado de trabajo, generan dudas respecto de la posibilidad de que se pueda realizar una nueva y significativa expansión en la utilización del factor trabajo, de prolongarse el escenario tan favorable al crecimiento como el registrado entre 2003 y 2010. En efecto, con cifras de desempleo en torno a 6%, la disponibilidad de personas en actividad desocupadas evidentemente constituye una fuente de oferta de trabajo mucho menor de lo que lo era en el año 2003. En este sentido, se torna relevante analizar el perfil de los desempleados en cuanto a su edad, sexo y nivel educativo, dado que si bien existen aún más de cien mil desocupados, lo que en principio representa una fuente importante a la cual recurrir en el corto plazo, podría darse el caso de que en determinados perfiles de trabajadores exista ya una situación crítica de escasez.  

 

Por otra parte, si se tiene en cuenta que, según las proyecciones de población del INE, la población en edad de trabajar no mostrará una expansión significativa en los próximos años, y que la tasa de actividad (que representa la proporción de personas en edad de trabajar que se ofrecen en el mercado laboral) presenta registros históricamente altos, resulta relativamente improbable que la oferta laboral pueda continuar una trayectoria alcista.  

 

En lo que sigue del artículo se analiza el perfil de los desocupados actuales, de modo de caracterizar a la oferta de trabajo que aún se encuentra disponible para ser incorporada a la dinámica productiva, en tanto que se analiza la tendencia reciente de la oferta laboral, discutiendo la posibilidad de que dicha ésta se mantenga en los próximos años.  

 

Los desempleados actuales 

Un aspecto importante en el análisis de los desocupados como oferta de trabajo disponible es su perfil educativo, puesto que la educación constituye uno de los factores más importantes de segmentación del mercado laboral.  

Considerando el nivel educativo, los desocupados en el 2010 mostraron un perfil relativamente heterogéneo. Esto en principio es alentador, pensando en el mercado laboral como un posible factor restrictivo del crecimiento, puesto que indica que a pesar del bajo nivel de desempleo, aún en todos los niveles educativos existiría un margen de oferta de trabajo disponible. Adicionalmente estas cifras dan cuenta de que no todos los desempleados actuales son personas con mal perfil de empleo.  

 

Cuadro 1 – Desempleados por nivel educativo (cantidad de personas y porcentaje) D: desocupados; TD: tasa de desempleo

 bl2.jpgFuente: Estimaciones en base a ECH 2010 - INE 

 

A partir de los datos de la Encuesta Continua de Hogares 2010 (ECH 2010) se puede observar que la mayor parte de los desempleados de ese año mostraron un perfil educativo intermedio (primer ciclo de secundaria o bachillerato), siendo no solo la mayoría en número, sino también en tasa de desempleo. Nótese que el desempleo es mayor en las personas que accedieron al bachillerato que en aquellas personas que solo cuentan con estudios de enseñanza primaria. Los trabajadores cuyo nivel educativo alcanza solamente a educación primaria, representan solamente la cuarta parte de los desempleados en 2010, reafirmando la idea de que los desocupados actuales no constituyen mayoritariamente por personas de bajo nivel educativo, con un poco atractivo perfil de empleabilidad.  

 

Por último, como era de esperarse, el grupo que representa la menor proporción de los desempleados del año 2010 y que muestra la menor tasa de desempleo (4,2%) está representado por las personas con estudios terciarios. Cuando se analiza el perfil de los desempleados por edad y sexo se puede notar que el desempleo continúa siendo mayoritariamente juvenil y femenino. En efecto, a pesar de la percepción de un mercado de trabajo a punto de saturarse, se observan muy elevadas tasas de desempleo en los grupos más jóvenes, llegando al 33,9% en el caso de las mujeres entre 14 y 20 años.

 

La aversión de los empresarios a contratar trabajadores jóvenes y mujeres, aún en un contexto de mercado laboral relativamente sobrecalentado, podría estar indicando la necesidad de atender el desempleo en estos sectores a partir de políticas públicas. Probablemente estos desempleados requieran para aceptar trabajo algunas condiciones que atiendan a restricciones para trabajar a tiempo completo o mayores condiciones de flexibilidad horaria.  

 

Cuadro 2 – Tasa de desempleo por edad y sexo 

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Fuente: Estimaciones en base a ECH 2010 - INE

 

Un aspecto adicional a tener en cuenta es la distribución geográfica del desempleo, puesto que la restricción de oferta podría ser mayor en algunas zonas específicas. Cabe señalar, no obstante, que en el caso de Uruguay no es esperable la existencia de fuertes discrepancias geográficas dado lo reducido del territorio nacional, que facilita la movilidad de trabajadores.  

 

Cuando se analiza la tasa de desempleo diferenciando Montevideo del Interior del país no se aprecia una diferencia significativa. Si se distingue por departamentos también se observa un panorama relativamente homogéneo con niveles de desempleo que en ningún caso se encuentran por encima del 10%. No obstante, la clasificación por departamentos permite detectar niveles comparativamente elevados de desempleo en los departamentos de Salto (10%), Río Negro (10%) y Treinta y Tres (9,4%). En estos casos sería necesario realizar un análisis más profundo de las causas que estarían determinando este relegamiento en la mejoría de las cifras del mercado laboral a los efectos  de diseñar eventuales políticas territoriales destinadas a mejorar la situación de empleo regional. En contraste, los departamentos de Colonia (4,2%) y Rivera (4,6%) presentan las menores tasas de desocupación del país. 

 

Por último, cabe destacar que por fuera del desempleo, una fuente adicional de oferta laboral disponible y a la que por lo tanto se podría recurrir como forma de ampliar la utilización del factor trabajo, es el subempleo. Se considera que un trabajador es subempleado cuando trabajando menos de 40 horas semanales, el trabajador expresa el deseo de trabajar más horas . Si bien el trabajador no es un desempleado, la extensión de su jornada laboral constituye una fuente adicional de oferta de trabajo disponible.  

Gráfico 2 – Subempleo por cantidad de horas trabajadas (% del total de ocupados)

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Fuente: INE.

 

Como se puede apreciar en el gráfico 2, al igual que en el caso del desempleo, el subempleo ha mostrado una caída importante en los últimos años. Actualmente el subempleo se ubica en el entorno del 8% del total de ocupados, lo que se estima en algo más de 125 mil trabajadores, lo que constituye un margen adicional de expansión de la oferta de trabajo no despreciable, al menos a corto plazo. 

 

La oferta de trabajo

 

Como se mencionó anteriormente, una fuente alternativa de acceso a nuevos trabajadores surge simplemente del crecimiento de la oferta laboral. El incremento de la oferta de trabajo puede provenir de dos fuentes: un incremento de las personas en edad de trabajar  o un incremento de la proporción de personas en edad de trabajar que deseen ingresar al mercado laboral, (es decir un aumento de la tasa de actividad (TA)).  

 

Respecto al crecimiento de la población en edad de trabajar, las cifras no indican un potencial muy importante de expansión de la oferta de trabajo. En efecto, las proyecciones de Población elaboradas por el INE indican una tasa de crecimiento anual de la población en edad de trabajar (PET) del 0,7% anual, lo que indicaría que en los próximos cinco años la PET se incrementaría en unas 90 mil personas.  

 

Este crecimiento resulta reducido si se considera que en los últimos cinco años el incremento de la cantidad de ocupados se estima en el orden de los 245 mil y que no todas las nuevas personas en edad de trabajar efectivamente se ofrecerían en el mercado laboral. En efecto, si se mantuviera el ritmo de expansión del nivel de ocupación en los próximos cinco años, este crecimiento absorbería completamente la expansión proyectada de la PET (aprox. 90 mil), todos los desempleados actuales (aprox. 116 mil) y aún existiría un faltante de unos 40 mil trabajadores.  

 

Atendiendo a estas cifras, la situación a mediano plazo podría representar una amenaza. No obstante, cabe mencionar dos o tres elementos que matizan las cifras planteadas. En primer lugar, se espera que el crecimiento económico del Uruguay en los próximos años sea algo inferior al observado en los pasados cinco años. Se estima que la tasa de expansión del nivel de actividad converja a un crecimiento algo superior al 4,5% anual, que representa en la actualidad la estimación de la tasa de crecimiento de largo plazo de la economía Uruguaya. En este sentido, la necesidad de creación de  nuevos cargos sería inferior en el próximo quinquenio que en el pasado. 

 

En segundo lugar, es posible contar con segunda fuente de expansión de la oferta laboral mencionada, esto es, que se incremente la tasa de actividad. En tercer lugar, es dable pensar que en contextos de dinamismo económico como el actual se apunte a inversiones e innovaciones tecnológicas que permitan nuevos incrementos de la productividad de la mano de obra. 

 

En cuanto a la hipótesis de aumento de la tasa de actividad, ésta dependerá positivamente de los incentivos a participar en el mercado de trabajo vinculados al crecimiento de los salarios y al nivel de actividad. Es decir, las personas tienden a participar en mayor proporción en el mercado de trabajo cuanto mayor son las perspectivas salariales (puesto que aumenta el costo de oportunidad de no trabajar) y cuanto mayor es el dinamismo económico, dado que ello implica más oportunidades de conseguir empleo. 

 

En este sentido, de concretarse un escenario de fuerte crecimiento económico, con incrementos salariales en los próximos años, es esperable observar un crecimiento adicional de la tasa de actividad. No obstante, cabe señalar que el crecimiento de la tasa de actividad podría verse cuestionado por el hecho de que actualmente se encuentra en niveles históricos para nuestro país.  

 

Gráfico 3 – Tasas de actividad por sexo (%) 

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Fuente: INE 

Como se puede observar en el gráfico 3, tanto la tasa de actividad para el caso de los hombres como para el caso de las mujeres se encuentra en valores máximos desde que se llevan registros.

Con estas cifras y considerando que existe un núcleo duro de inactivos dentro de la población en edad de trabajar -constituido fundamentalmente por estudiantes jóvenes y jubilados de mayor edad que difícilmente se integren a la oferta laboral a pesar de las condiciones del mercado- es incierto cuánto más puede incrementarse la tasa de actividad, dado sus valores actuales. En efecto, como se puede observar en el cuadro 3 el mayor núcleo de inactivos se presenta entre los que se declaran como estudiantes o jubilados, con excepción de las mujeres dedicadas a las tareas del hogar. 

 

Cuadro 3 – Población Inactiva por condición de Actividad (en % del Total de Inactivos)

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Fuente: Estimaciones en base a ECH 2010 - INE

 

Si se comparan las cifras de actividad a nivel internacional encontramos que, si bien la tasa de actividad para el caso de los hombres muestra cifras significativamente altas en la comparación internacional, en el caso de las mujeres aún existiría un amplio margen para el crecimiento. En efecto, países desarrollados como Suecia o Dinamarca presentan tasas de actividad femeninas por encima del 60% con una reducida brecha respecto de los hombres. Posiblemente, tasas de actividad femeninas mayores se puedan alcanzar en la medida en que se extienda la cobertura educativa desde más tempranas edades y mayor asistencia para el cuidado de los adultos mayores.

 

Cuadro 4 – Población Inactiva por nivel educativo (en % del Total de Inactivos) 

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Fuente: Estimaciones en base a ECH 2010 - INE

 

De todas formas, cabe señalar que si bien es posible extender la oferta laboral en base a un incremento de la participación, este incremento básicamente se compondría de personas de bajo nivel educativo. Como se puede observar en el cuadro 4, la población económicamente inactiva se encuentra marginalmente integrada por personas con estudios terciarios, en tanto se integra en más de un 45% por personas cuyo nivel educativo alcanza solamente la enseñanza primaria. Esto sin dudas constituiría una limitación a esta fuente de incremento de la oferta laboral, que podría mitigarse profundizando y ampliando políticas de capacitación adecuadas y focalizadas. 

 

En resumen

 

La situación actual del mercado laboral se presenta como una posible amenaza de restricción al crecimiento económico. Un proceso de crecimiento de la magnitud del registrado en los últimos años podría requerir de una incorporación de trabajadores que el mercado laboral actual difícilmente pueda proveer.   

 

El reducido nivel de desempleo, las perspectivas de un bajo crecimiento de la población en edad de trabajar para los próximos años y el perfil de los inactivos actuales (mayoritariamente con bajo nivel educativo) abre un desafío importante de cara a la incorporación de nueva fuerza de trabajo en los próximos años, si perdura el dinamismo de la actividad. Este desafío involucra tanto para el sector empresarial privado como para las políticas públicas. En el primer caso, impulsando la inversión y la incorporación de cambios tecnológicos que viabilicen nuevos incrementos de la productividad de la mano de obra. En el segundo caso, fortaleciendo las políticas de educación profesional y capacitación, e impulsando políticas que faciliten la contratación de grupos de trabajadores que requieran de condiciones especiales. 

 

A corto plazo, sin embargo, parece existir un cierto margen antes de que se pueda configurar un escenario donde el mercado de trabajo se constituya en un obstáculo al crecimiento. El nivel de desempleo, subempleo más allá de sus niveles históricos aún presentan cifras absolutas significativas para el mercado laboral uruguayo en tanto la posibilidad de que el incremento de la oferta laboral femenina continúe, constituye una potencial fuente importante de crecimiento de la oferta laboral.

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