En las últimas décadas los países de América Latina (AL) han transitado por diferentes regímenes económicos y de inserción internacional, modificando sus patrones de desarrollo vinculados inicialmente a estrategias de crecimiento hacia adentro por regímenes orientados hacia la apertura económica y la integración regional. Esto se dio en paralelo con un fuerte incremento de los flujos internacionales de inversión extranjera directa (IED), en particular los dirigidos hacia México, Brasil, Argentina, Chile y más recientemente Uruguay.
La incertidumbre ha vuelto a ser el rasgo más saliente de la coyuntura. Este hecho tiene su origen en dos factores centrales. El primer factor de generación de incertidumbre es la obstinada estrategia del gobierno de evitar la búsqueda de consensos con la oposición. Antes que los acuerdos en el Congreso, las autoridades privilegian las iniciativas unilaterales y buscan alianzas coyunturales con actores específicos. Esto es, el apoyo para cada medida particular se busca, primordialmente, en grupos cuyos intereses económicos o políticos son favorecidos por las medidas en cuestión. Estas alianzas se caracterizan por su heterogeneidad y su fragilidad. Son heterogéneas porque incluyen desde intendentes, gobernadores y sindicalistas hasta líderes sociales, crony capitalists e ideólogos. Son frágiles porque dependen de iniciativas específicas y quienes son hoy aliados para un tipo de medida pueden no serlo para otras. Por supuesto, el punto que interesa a nuestro análisis no es el de juzgar la validez de esta estrategia desde una perspectiva estrictamente política sino subrayar sus implicancias económicas. En este sentido hay dos aspectos que merecen destacarse. Por un lado, se trata de una estrategia que es intensiva en el uso de recursos públicos y, por ende, hace poco creíble que el gobierno vaya a mantener bajo control un déficit fiscal que ha estado aumentando fuertemente durante el último año por las mismas razones que siguen vigentes: la necesidad de atender demandas de diferentes aliados políticos. Por otro lado, como las alianzas son frágiles y cambiantes e involucran actores con intereses muy disímiles, es muy difícil formar expectativas sobre cuáles serán los programas de trabajo que el gobierno privilegiará en el mediano plazo. Un ejemplo: el ritmo de inversión en obra pública suele depender de manera significativa de la jurisdicción política en que tal inversión se realiza.
4. Brasil y la Argentina: el futuro en un nuevo contexto
Los factores que condicionan las perspectivas dominantes sobre Brasil en la Argentina no se relacionan sólo con el vínculo que existe entre ambas economías sino, también, con el contexto internacional más amplio. Si bien el contexto global ha cambiado de manera muy importante en los últimos años, no se ha alterado una premisa fundamental: el vínculo con Brasil seguirá siendo fundamental para la Argentina en el futuro. Si algo ha cambiado en estos últimos veinte años es que ese vínculo se ha hecho más relevante y complejo. Por estas mismas razones, demanda una visión estratégica orientada a aprovechar oportunidades y minimizar riesgos. Las tendencias de los últimos años han cristalizado una dinámica en la que los elementos de complementariedad y cooperación de suma positiva en la relación con Brasil fueron eclipsados por una visión defensiva que, dada las trayectorias comparadas, agrava las asimetrías e instala una agenda concentrada en la administración cotidiana de conflictos relativamente menores. Para modificar este foco es necesario identificar los recursos que puede explotar la Argentina en su relación con Brasil, especialmente por su papel potencial como espacio fundamental para una inserción más exitosa de Brasil en el mundo.
3. Cambio y continuidad en las relaciones económicas de la Argentina con Brasil
Desde el punto de vista de la Argentina, en las últimas dos décadas y media las relaciones económicas bilaterales pueden ordenarse en torno a tres períodos que muestran distintas combinaciones de los condicionantes políticos y económicos identificados en la sección anterior. Estos tres períodos muestran elementos de continuidad y cambio en las percepciones dominantes y pueden resumirse del siguiente modo: a) el período de aproximación bilateral y democratización de la segunda mitad de los ochenta , b) el período de apertura y expansión sostenida del comercio hasta fines de los noventa, y c) el período de crisis, recuperación y “reindustrialización” argentina. En lo que sigue se analiza brevemente las características de cada uno y la combinación de condicionantes que dio forma a las percepciones dominantes y a su evolución.
En una encuesta realizada en la Argentina en el año 2006 los líderes de opinión y la población general ubicaban a Brasil en el segundo lugar de una lista de países con los que la Argentina debía mantener “las relaciones más firmes y estrechas” (CARI, 2006). En la misma encuesta casi dos tercios de los líderes de opinión y un tercio de la población general consideraban que Brasil aumentaría su protagonismo internacional a lo largo de esta década. Estos datos ilustran sobre la opinión cada vez más difundida en la Argentina acerca de la creciente relevancia del vínculo económico con Brasil. Esta visión es el producto de dinámicas de mercado e iniciativas de política. Las primeras son el resultado de las trayectorias comparadas de cada una de las economías y de la posición relativa que cristalizaron esas trayectorias: Brasil se ha transformado en un socio económico cada vez más importante para la Argentina y ha ganado una presencia creciente en el plano regional y global. Además, y a diferencia de otros momentos de activismo internacional del pasado, esta vez el país vecino parece contar con los recursos para sostenerlo.
Recopilamos las medidas de política comercial adoptadas por los países de América Latina durante la crisis; analizando las tendencias recientes del comercio intra-regional e inter-regional y su potencial de expansión. También elaboramos escenarios que miden los impactos de distintas medidas de políticas sobre las principales variables económicas.