La crisis y sus consecuencias son síntomas del agotamiento de un patrón de regulación de las relaciones financieras, domésticas e internacionales y generan cuestionamientos. Argentina y Brasil deberían actuar en nombre de los intereses sudamericanos.
En el contexto macroeconómico favorable por el que pasa el Mercosur, la situación fiscal ha dejado de estar comprometida. La sostenibilidad fiscal alcanzada ha permitido ampliar el espacio fiscal potencial para el crecimiento.
El Mercosur debe encarar la estandarización de normas, identificar y diversificar sectores para desarrollar eslabones integrados en la cadena productiva y fomentar inversiones en el terreno de los biocombustibles. Los requisitos de desempeño ambiental de los países importadores parecen una buena oportunidad para desarrollar una industria de calidad, con el sello Mercosur.
Este Policy Brief presenta y discute dudas y desafíos de política bajo el prisma de la integración sudamericana, enfocándose en los esfuerzos e iniciativas para la cooperación financiera regional.
El informe Eficiencia en el uso de los recursos en América Latina: Perspectivas e implicancias económicas, elaborado por PNUMA y la Red Mercosur de Investigaciones Económicas destaca que el uso eficiente de los recursos permite ahorros evidentes, un aumento de la competitividad y genera beneficios económicos no sólo sectores productivos sino a la sociedad en su conjunto.
La región creció integrándose a las cadenas de valor gracias a la IED, generando dependencia excesiva de algunos mercados y fundamentalmente de commodities. Frente a la fuerte competencia de los países asiáticos, el crecimiento de la región depende de diseñar estrategias para incorporar cada vez más valor a la producción.
Cuando se reconoció la existencia de la crisis financiera, burbuja inmobiliaria, y se la calificó como la peor crisis económica después del crash de los 30, casi 80 años después, con un carácter sincronizado y global, resultado de la creciente interrelación de la economía en el mundo, las primeras voces eran disímiles en cuanto a sus efectos respecto a las economías latinoamericanas.
Esta época del año invita a la reflexión retrospectiva y a la elaboración de balances que sean útiles para interpretar las señales que tenuemente comienzan a percibirse en el horizonte, de forma de seleccionar las mejores estrategias para el año que se inicia.
La balanza comercial brasileña obtuvo en octubre un superávit de USD 1,9 mil millones con exportaciones de USD 18,4 mil millones e importaciones de USD 16,5 mil millones. Las exportaciones tuvieron un crecimiento del 30,5% en relación a octubre del año pasado, con una variación acumulada en el año de 29,7%. Las importaciones registraron un aumento de 29,6% en el mes y acumulan un crecimiento del 43,9%.
Las exportaciones mundiales de servicios han estado creciendo a tasas elevadas en los últimos años y todo indica que a futuro, más allá de la incertidumbre que genera el desarrollo de la crisis global, los mercados internacionales de servicios continuarán en expansión (de hecho, el comercio de servicios fue mucho menos afectado por la crisis que el de bienes). Más aún, muchas actividades percibidas anteriormente como débilmente transables o no transables (por ejemplo, servicios de back office, educación, I+D, salud, etc.) en la actualidad poseen altos niveles de comercio y marcadas expectativas de crecimiento. Este contexto representa una oportunidad para varios países de la región con vistas a lograr una mayor y más beneficiosa integración en el comercio mundial de servicios1.