La crisis financiera internacional que se desató tras la caída de Lehman Brothers marcó un antes y un después en la economía global. La turbulencia fue de tal magnitud que apartó a la economía mundial del sendero de alto crecimiento que venía transitando para colocarla de manera abrupta en un sendero cuyas características distintivas son el bajo crecimiento y la incertidumbre monetaria y financiera. América Latina y el Caribe no fue ajena al debacle, aunque el rasgo más novedoso fue positivo: a diferencia de otros episodios de inestabilidad global, esta vez la región no sufrió un colapso productivo. Sin embargo, una mirada más detallada muestra desempeños más heterogéneos, que, como veremos en las partes 2 y 3, se relacionan con el tipo de inserción internacional y la vulnerabilidad macroeconómica de cada país antes de la crisis.
En las últimas semanas se produjo una catarata de eventos de alta relevancia tanto en el ámbito internacional –sobre todo europeo y en el G20– como local y el resultado final ha sido el de un marcado incremento en la incertidumbre global y nacional. Un factor particularmente dañino ha sido que ni aquí, ni en Europa, ni en la reunión del G20, el sistema político estuvo en condiciones de plantear a la sociedad un conjunto de iniciativas que reunieran las tres condiciones necesarias para hacer creíble una solución a los desequilibrios fiscales y financieros: ser consistentes, ser factibles y ser producto del consenso. Como no fue éste el caso, no sorprende que los mercados hayan reaccionado con un incremento en la aversión al riesgo. Es como si los políticos anduvieran, en la Argentina y en el mundo global, como los personajes de la obra de Pirandello: en busca de un autor que les escriba un libreto. Aunque, por supuesto, no deberíamos olvidar que tanto la política como el teatro dependen críticamente de la acción colectiva. Conseguir un buen libreto es difícil, pero además es necesario ponerse de acuerdo sobre los actores, el financiamiento y, particularmente, sobre quién ejercerá la dirección y estará, en consecuencia, a cargo de liderar el proceso. En los casos en que todo esto sale bien la gente va al teatro.
En el año 2000 se aprobó una norma (Decisión 32/00 del CMC) que estableció el compromiso de los países miembros del MERCOSUR de no suscribir nuevos acuerdos comerciales con terceros países sin ser consensuados previamente dentro del bloque. Gobernaban en ese entonces: de la Rua en Argentina; Henrique Cardozo en Brasil; González Macchi en Paraguay; y Batlle en Uruguay. Más de diez años después de esta decisión es necesario nuevamente reflexionar sobre este tema.
En el ámbito internacional hubo noticias de distinta especie que repercutieron en el día a día, a veces empujando los mercados hacia arriba y otras hacia abajo, pero sin cambiar el panorama general, donde lo que pesa es la incertidumbre financiera y fiscal en Europa y la amenaza de una nueva recesión. En lo que hace a incertidumbre hay que tener muy presente que ya se comenzó a hablar de que Francia podría ver la calificación de su deuda rebajada en el futuro cercano. No se trata de una noticia menor: Francia y Alemania son los puntales financieros del fondo europeo de rescate. Si la calificación de la deuda francesa cambia, ello afectará la capacidad de endeudamiento de ese fondo y, por ende, sus posibilidades de apoyar a las economías con problemas de deuda soberana. En los próximos días habrá reuniones de importancia entre los líderes mundiales y por lo tanto es de esperar que los mercados acusen recibo de las decisiones que se tomen. Además de las reuniones y negociaciones en curso en el marco de la reunión de los líderes de la zona euro, sobresale la próxima cumbre del G20 que tendrá lugar en Francia a principios de noviembre.
Los datos de Cuentas Nacionales publicados recientemente evidenciaron un menor crecimiento que el esperado de la economía uruguaya de 4,8% en el primer trimestre del año, respecto del mismo período del año anterior. Esta cifra representa una desaceleración del ritmo de crecimiento de la actividad durante el segundo trimestre del año. De acuerdo a estimaciones de cinve, el crecimiento tendencial del segundo trimestre ascendió a 1,7%, ubicándose levemente por debajo del incremento registrado durante el primer trimestre de 2011.
Los desarrollos recientes de la economía mundial no deparan buenas noticias para la región. El estancamiento en Estados Unidos, el agravamiento de la situación europea y la desaceleración del crecimiento en Asia moldean un escenario sombrío para los próximos meses. De ser moderado, este cambio tiene un efecto positivo, en tanto da sirve como contrapeso para las dinámicas de crecimiento de la región, signadas por fuertes presiones inflacionarias y apreciación cambiaria. Sin embargo, a medida que la situación se hace persistente, la hipótesis del rebalanceo global” cobra más sentido y la consecuente orientación “hacia dentro” de la demanda asiática puede llegar a revertir el “viento de cola” de la última década.
El desempeño de las exportaciones brasileñas de productos manufacturados en los últimos años ha sido decepcionante. Entre 2005 y 2010 su participación en las ventas totales se redujo del 55,1% al 39,4%, registrando un crecimiento promedio anual de sólo el 4%, contra un 11,2% de las exportaciones totales.
Están pasando tantas cosas de manera simultánea en el orden local y el internacional que escribir corto sobre la coyuntura es una tarea imposible. En lo que sigue va nuestro intento por sintetizar y encontrar un cierto orden lógico (pero no es corto).
En los últimos años los precios de los commodities han presentado una volatilidad importante derivada de la inestabilidad financiera internacional. El hecho de que los inversores, hayan buscado en los commodities opciones de inversión rentables ha determinado que los precios de estos bienes adopten la volatilidad de los activos financieros, viéndose afectados por variables ajenas a los fundamentos reales de su oferta y demanda. En este sentido, la inestabilidad financiera existente a nivel internacional a raíz de las posibles situaciones de default en Estados Unidos y algunos países de Europa plantea un escenario donde los precios internacionales de los commodities pueden verse significativamente afectados. A su vez, la economía uruguaya, como economía pequeña y abierta se ve impactada por estos shocks de precios de diversas formas. En lo que sigue se analiza la evolución reciente de los precios internacionales de diferentes commodities al tiempo que se discute, en base a los resultados de un nuevo trabajo de investigación de cinve, los efectos que sobre diferentes variables macroeconómicas internas causan choques inesperados de estos precios.
En el último mes ocurrieron dos hechos en la economía internacional que están en el centro de la atención. El primero es que varios de los riesgos que estaban latentes comenzaron a materializarse, con un riesgo de cola que eleva la incertidumbre a otro nivel. El segundo es que los diferentes gobiernos anunciaron masivos programas para paliar los efectos de estos riesgos, y la interacción entre la conducta de los gobiernos y la reacción de los mercados, clave para el manejo de las expectativas, ha comenzado. Por ahora los resultados no fueron alentadores.