En forma paralela a la emergencia de los desbalances globales, a lo largo de la última década los flujos brutos financieros se expandieron dramáticamente a lo largo del mundo, y Europa no fue una excepción. Entre 2003 y 2007 la suma de los activos y pasivos externos financieros como porcentaje del PBI, principal medida de jure de apertura financiera, creció en la Unión Europea un 7,5% al año, siendo el principal motor de esta integración un cambio en las estrategias de los bancos. Estos orientaron sus decisiones de fondeo y posición de activos hacia el exterior –y en particular hacia la región europea. No solo eso: la internacionalización de los bancos europeos, sensiblemente mayor a la de Norteamérica o Asia, permitió que los capitales fluyan en el sentido esperado por la teoría -y no observado a nivel global-, i.e. desde los países más desarrollados hacia los menos desarrollados. La transferencia de ahorros desde países maduros y superavitarios como Alemania o Suecia a otros más retrasados y deficitarios, como Estonia o incluso Portugal, junto con el expertise en materia bancaria de los grandes bancos, solo podía redundar en un aceleramiento en la convergencia macroeconómica, lo cual efectivamente ocurrió. Al menos fines de 2008.
El jueves 10 de mayo la Presidenta declaró: "No nos caímos del mundo, el mundo se está cayendo encima nuestro”. La metáfora parece más que justificada a la luz de la evolución actual de la economía internacional. En este sentido, hay tres conjuntos de hechos que sobresalen.
Hasta hace unos años, las exportaciones brasileñas de productos manufacturados hacia Estados Unidos tenían un lugar destacado. En 2005, se dirían a ese país un cuarto de las exportaciones manufactureras, mientras que un 72% de las ventas brasileras a ese destino eran manufacturas. El panorama cambió radicalmente desde entonces. En 2011,a Estados Unidos se destinó sólo un octavo de las exportaciones de manufacturas brasileñas, y la participación en las ventas de estos productos en las ventas totales a Estados Unidos cayó al 45%. De hecho, entre 2005 y 2011 hubo una reducción del 28,1% en el valor absoluto de las exportaciones de manufacturas a Estados Unidos, volviendo a niveles similares a 2001.
El debate sobre Uruguay y la obtención del grado inversor estuvo vigente durante parte de 2011 y el primer trimestre de este año, sobre todo porque se argumentaba que nuestro país había experimentado mejoras significativas en los principales indicadores macroeconómicos y sería merecedor de volver a obtener el grado inversor. Repasamos en lo que sigue las razones para el otorgamiento del grado de inversor.
CEDES and IDRC are launching a competitive Call for Proposals for research teams to conduct four country studies. The selected teams will undertake policy-oriented research on the linkages between the demographic transition and financial constraints in four systemically important developing countries. The country studies are part of a global research project on Asymmetric Demography and Global Financial Governance.
The country studies are to focus on: the linkages between demographic trends, the current account, and international financial flows; the ability of the domestic financial system to respond to the requirements regarding the allocation of investment, savings and risks associated with different stages of the demographic transition; and the design of initiatives for developing countries to take advantage of the demographic dividend and demographic-driven capital flows.
Eligible developing countries for these case studies must be systemically important (i.e. members of the G-20) and the country teams’ research institution must be based in a developing country. Priority will be given, nonetheless, to proposals concerning four countries: Brazil, China, India, and South Africa.
Each of the four selected proposals will be awarded USD 45,000 to finance wages, research expenses and the dissemination at the national level. Research teams are invited to submit Expressions of Interest by June 30th, 2012. More information in http://www.cedes.org/idrc/
La política económica de la Argentina en los últimos años se ha caracterizado por una tendencia a manejar desequilibrios de corto plazo recurriendo a cambios en las reglas de juego que tienen consecuencias de gran alcance. La expropiación de YPF se enmarca en este cuadro y es sólo el último evento de una larga lista. Vale la pena, entonces, reflexionar brevemente sobre los factores que han llevado a las autoridades a transitar por este camino.
En una nota anterior discutimos los beneficios de la nueva configuración del crecimiento global para América Latina. En efecto, al región logró aprovechar el “viento de cola” en los mercados de materias primas para acelerar el crecimiento. Sin embargo, la controversia sobre sus efectos macroeconómicos hacia el mediano plazo sigue abierta. Es que el descanso en las ventajas comparativas ha dado buenos y malos resultados y no hay demasiada guía sobre el porqué de estas diferencias.
Hacia fines de los años 70s, la República Popular de China (RPC) inicia su largo camino hacia un nuevo patrón de desarrollo, el cual rompería con las prácticas económicas del comunismo. Tal como lo había experimentado Japón y Corea del Sur en el pasado, China optaba por un modelo de crecimiento basado en las exportaciones. Pero, a diferencia de los estos países, la Inversión Extranjera Directa (IED) tendría un rol preponderante en el modelo seguido por la RPC. La apuesta rinde sus frutos y un período de crecimiento excepcional transforman la estructura económica del país, convirtiendo a China en la segunda potencia económica del mundo.
Es una tarea compleja establecer un juicio general sobre las características que registran los acuerdos comerciales preferenciales (ACP) debido al alto grado de heterogeneidad que registran. Las dimensiones que abarca esta heterogeneidad son muchas y variadas, mencionemos tres: cobertura de temas; número y tipos de socios de acuerdo al nivel de desarrollo relativo; grado de cumplimiento y adhesión que tienen estos acuerdos en relación al conjunto de reglas que los definen2.
Luego de un breve período de promoción tras el logro de la independencia en 1947, India adopta una actitud poco favorable hacia los capitales extranjeros que perdura hasta inicios de los años 90s. En lo económico, el gobierno implementa un plan altamente intervencionista, el cual muestra amplia discrecionalidad al tiempo que establece múltiples controles sobre la inversión (por ello, el mote de modelo de “Licencias del Raj”). En términos legales, la normativa aplicable a la inversión extranjera (Foreign Exchange and Regulation Act - FERA) establecía un techo a la participación extranjera en los proyectos industriales y, mismo obliga a las empresas transnacionales (ETNs) operando en el país utilizar sus nombres y marcas comerciales . Obviamente, los movimientos de capital se hallaban fuertemente restringidos bajo el citado modelo. A nivel macroeconómico, el modelo se caracterizaba por un tipo de cambio de flotación sucia, al tiempo que el mercado financiero se caracterizaba por lo que comúnmente se denomina una fuerte “represión”1.